Los rostros detrás de lo perfectamente imperfecto

Somos Laurence y Harrison, amigos desde los 8 años. Juntos, hemos compartido todas las etapas de la vida: desde nuestro primer partido de rugby en el colegio hasta nuestra graduación en la universidad, y ahora la aventura de crear un negocio hombro con hombro. Siempre hemos sido uña y carne, un dúo inseparable para nuestras familias y amigos.
El primer encierro nos pilló en Londres, compartiendo techo y locuras, como tostar café (sí, otro de esos experimentos raros de la pandemia). Tras mucho indagar, descubrimos el enorme desperdicio que genera la industria del café.

Nuestra historia (hasta este café)

Todo comenzó cuando un tostador de café nos dio un palé de cápsulas abolladas que no podía vender. Terminamos en nuestro piso de Greenwich, con el salón impregnado de un aroma increíble… y cubierto de café, mientras buscábamos entre las 30 000 cápsulas aquellas que seguían funcionando bien. Colgamos un anuncio en Facebook Marketplace y empezamos a preparar cajas de cien cápsulas. El interés no tardó en llegar, y antes de darnos cuenta, ya estábamos repartiendo los pedidos en bici, como auténticas comadronas de los años 20.

Las vendimos a gente como nosotros: amantes del buen café que querían cambiar las cosas.

Y así nació Wonky.

De nuestros inicios humildes, repartiendo cápsulas a mano, a lo que somos hoy: colaboramos con algunas de las marcas de café más prestigiosas del mundo para ayudarles a reducir sus desperdicios y cumplir con nuestra misión de acabar con el despilfarro en la industria del café.